jueves, mayo 10, 2007

Bendiciones para nadie y para todos

Oh, humanos afligidos, benditos sean sus miradas escudriñadoras; sus ínfulas...Bendita su alma enmohecida, podridamente gastada por el pasar de los tiempos inexorables. Bendita su fe y su espiritualidad (de alcantarilla); de sus gazmoñerías; de sus pensamientos banales que se quedan plasmados, aparentemente, en algún comentario de algún programa noticioso.

Humanos “índigos”, qué pesimista me siento hoy.

Oh, humanos del nuevo siglo, malditos sean ustedes y toda su prole de primates que se dedican a martillar, incesantemente como escrutadores, para sacar verdades que nunca habremos de encontrar, ni en el tiempo-espacio o en el mundo de los oníricos; sólo con la ayuda de nuestra razón; razón que nunca su prole ha de examinar con demasiada minuciosidad ni mucho menos le darán importancia alguna. Convencidos absolutamente de que cualquier cuentito es verosímil; y dirán sí a todo. Demostrarán, mediante espurias teorías y retrógradas artimañas, que es posible crear un círculo cuadrado. El sí del sabio, el sí del misericordioso y el sí de filosofías sacadas de la axila de una monja en alboroto.

¿Hasta dónde han de llegar…?

Bendito tu Dios que lo encontré ayer chateando, en el Internet, con una párvula, enviándole guiños absurdos, fuera de cualquier razonamiento puro pero estúpido. Qué actitud de ese señor, jodidamente latoso como aquellas personas que vienen a tocar las puertas -DING DONG- (¿Quién es? ¿Sí?)…, y tratan de convencernos que creamos en un SER ciego, que ni siquiera él mismo sabe si existe o que fue inventado por un humanito que, sorprendidamente – hacía millones de años no sabía qué era razonar y utilizar la lógica como ahora sí lo puede hacer un niño de 9 años - comenzó a producir flatulencia, altaneramente con desdeño; pues, fue producto de una mala ingesta de alimentos.

Malditos humanos, poderosísimos desdeñadores del amor y del odio, gobernantes de su propio ego y de otros; pero subyugados por la sin-razón y la trivialidad de pensamientos transmitidos de generación en generación. (La basura ahora es reciclable) Consumidos, mis estimados humanos: mujeres-hombres u hombres-mujeres, ahora, por el nuevo placer del saber consumir cualquier cojudez que sale en el mercado; absorbidos hasta la última neurona de sus diez mil millones que tenían .Consumir para vivir. Matar para consumir.