sábado, diciembre 23, 2006

UN CULO EN MEDIO DE UN UNIVERSO DE NALGATORIOS

Nalgatorios estereotipados, muy apretados y ajustaditos, transitan, bamboleantes , de un lado a otro, por las calles sin cielo de Lima.
Entre esa cantidad de culos anda el mío: apachurradísimo por los demás aguafiestas; algunos petulantes y racistas, y otros sumamente remilgados;
Y ni qué decir de los religiosísimos nalgatorios que le rezan-aún-a su diosecillo omninada (el que nada puede) y omnipudoroso (el que lo hace con mucha impudicia) por las concentradísimas callejuelas de la av Cailloma.

Entre tanto gentío mis nalgas son tan ínfimas como el poder del poderoso insecto de las alcantarillas y más aún, si esto queda corto, como un grito en medio de tanta batahola cuando uno transita muy amablemente por Abancay.

Mis nalgas corrompidas por la mente machista y de esos hijos de puta
-¿Sus madres tendrán la culpa de haber parido a un tipejo que golpea a su mujer, a sus hijos y para colmo se calienta con la vecinita de-culo pomposo y arrugado por el devenir de los tiempo- la acera del frente? ¿Tendrá culpa alguna su progenitora?- que alteran la verdad: La verdad yace detrás de la palabra; la corrompen, la ultrajan, la violan, la asesinan, la…qué cosas más le harán.

¡No! ¡Tengo que cambiar esa trastocada idea!

Las calles siguen vomitando jugadores;
siguen asesinando a pordioseros :
locos, putas: de ricas nalgas, putos: que se venden por la más trastocada idea,
…sindicalistas ahora son tildados de subversivos, altaneros, jodidos y demás…
Estas benditas e indómitas calles del centro de Lima: “más me discriminas, más te quiero”, son ahora-donde alguna vez los pobladores podían masturbar su mente para así eyacular algún bello pensamiento o lo que fuese, porque ahí radica la imaginación-.No, ahora son una mezcla de letreros fulgurantes que te joden la vista por más que mires las nalgas de la chica o chico que se entrecruzan por tus pasos…y esas vocecitas recalcitrantes que se te quedan tatuados en tu memoria como : “pase, pase…” “ Oe onazo ya pe,te me atraviesas por donde toy pasando” “remate: 2 x 1sol”-aunque estas son demasiado suaves para un oído que ha escuchado más imbecilades en un solo anodino día.

Un mar de nalgas pululan por estas calles que dieron vida a las luces de neón en tiempos que ya ni me acuerdo, por donde alguna vez recuerdo que un amigo-imaginario- me contó que vio pasar por la calle de los iconoclastas a Arguedas con un traje típico de los danzantes de tijera; pero que la gente lo miraba peor que al SIDA mismo u otros simplemente alzaban la mirada para verlo y sin más que hacer le daban una limosnita porque el tipejo -palidezco- danzaba de la PUTAMADRE.

En estas calles sin cielo de Lima uno se puede topar con el mismísimo Dios. Sí, ese mismo tarúpido que fue creado por el más grandilocuente humanito y de grandiosa imaginación. Así que no dudes en escupirle su faz, pero eso sí, el harapiento te puede comer en un santiamén si no le respondes, antes de escupirle: ¿UD. Puede crear un círculo cuadrado?

Cuidadito nomás.

También puedes encontrar en medio de todos estos nalgatorios que hablan al unísono (interpretado comúnmente como pedo) a Diógenes o a alguna babieca mente que salta de un solo pie y que luego, o seguramente otro día, estará nadando muy feliz en el río Rimac (¿loco? No, no lo creo).

Nalgatorios estereotipados, muy apretados y ajustaditos, transitan, bamboleantes , de un lado a otro, por las calles sin cielo de Lima.
Entre esa cantidad de culos anda el mío: lloroso, triste, apesadumbrado, y maldiciendo con un poderosísimo flatulento a todas esas carcajadas que revolotean como moscas de mausoleo por mi frondosa cabellera-de loco.

Y siguen las nalgas hablando entre tantas otras cosas acerca de cómo pueden ir vestidos opulentamente a su fiestecita de mala muerte, aprovechando las ofertas del mercado.
Ahora con tarjeta Más Fácil uno puede adquirir cualquier banalidad de las tiendas consumistas.

Una nalga le dice a la otra si es posible deshacerse de las cosas materiales, y otra mira recelosamente desde el balcón de la esquinita de don Uilson a las otras nalgas que tienen pareja… y piensa en voz alta si ella algún día podrá fornicar con un robot fornidamente machote. Lo piensa por más de medio segundo y responde: Bah, mejor cuento cuántas moscas cruzan por mi ventanal.

Nalgas y más nalgas
de todo tipo
y de toda clase;
apretaditas y mojaditas
algunas quejoncitas y muy maltrataditas

Pero, al fin y al cabo, son simples nalgas masculinas y femeninas.